
13 Jul ¿Cómo Hacer un Brainstorming? – Super Guía para el Éxito
Probablemente «brainstorming» sea la palabra más usada del “diccionario de la publicidad” por los no-publicistas. Abogados, economistas, músicos, arquitectos… a todos les gusta decir que han estado haciendo “un brainstorming”. Sin embargo, llevar a la práctica este concepto candidato a trending topic tiene mucho más intríngulis que hacer una “lluvia de ideas”. Si has llegado hasta aquí seguro que has usado muchas veces la “palabra mágica”, pero todavía no tienes claro cómo hacer un brainstorming.
Para jugar a un juego primero hay que leer las instrucciones y el brainstorming tiene sus propias reglas. La más importante de todas es entender, precisamente, que se trata de un juego grupal. Ahora bien, aunque su objetivo esencial es que los participantes dejen volar su imaginación para llegar a una gran idea, el proceso no debe ser anárquico. Y ahí es donde la mayoría fallan. Es necesario que exista un equilibrio entre la libertad de pensamiento y “las reglas del juego”.
¡Se acabaron los falsos mitos! En esta guía vas a saber qué es realmente un brainstorming y cómo se hace: sus Do’s and Don’ts, los distintos pasos del proceso y los mejores consejos para realizarlo con éxito. La próxima vez que escuches a alguien de tu entorno decir que “ayer estuvo haciendo un brainstorming” podrás marcarte un speech y compartir tu descubrimiento.
¿Qué es un brainstorming?
Todo invento tiene su creador y la “patente” del brainstorm o brainstorming está ligada al nombre de Alex F. Osborn, un publicista neoyorquino que ideó esta archiconocida técnica de generación de ideas en 1939. Pero, ¿qué es exactamente?
► El brainstorming (“lluvia de ideas”) es un proceso creativo en el que un grupo reducido de personas se reúne en un ambiente distendido de trabajo con el objetivo de dar con una gran idea sobre un tema específico. El brainstorm se desarrolla en cuatro fases: investigación individual previa, calentamiento, generación de ideas, análisis y votación final.
Durante la sesión, cada miembro del grupo va lanzando sus propuestas sin entrar a debatir si son buenas, malas o regulares. Simplemente se apuntan y, solo cuando la fase de generación de ideas se da por concluida, los participantes empiezan a hacer la criba en busca de “la IDEA” .
El éxito del brainstorming radica en la fuerza del grupo: las ideas de unos y otros van sumando, se retroalimentan entre sí y acaban desembocando en una propuesta genial a la que sería mucho más complicado llegar trabajando en solitario. Escuchar las ideas de otras personas siempre acaba enriqueciendo las tuyas y es inspirador porque te empuja a salirte de tus esquemas.
¿Para qué se puede usar?
La respuesta es sencilla: para cualquier cosa que implique crear algo nuevo. Pero, como quiero ponértelo fácil, ahí va un Top 10 de posibles objetivos de un brainstorming:
- Crear una marca: elegir su nombre, logo, tipografía, eslogan, paleta cromática, valores, etc.
- Hacer un restyling de marca.
- Diseñar una campaña de publicidad (en medios tradicionales, online o ambos).
- Idear un nuevo servicio.
- Construir un storytelling. Si quieres saber cómo se hace no te pierdas este post en el que te explico los 4 pasos para crear el storytelling de una marca.
- Elegir el naming de un nuevo producto.
- Diseñar la estética y la experiencia de usuario de una página web.
- Escoger o idear el merchandising de una marca.
- [Off-topic publicidad] Elegir el tema o argumento de una dramaturgia: película, serie de televisión/temporada/episodio, cortometraje, obra de teatro, novela, cuento, cómic o videojuego.
- [Off-topic publicidad] Seleccionar la estética de un local en función de lo que se busca transmitir al cliente: los espacios también comunican.
Las 11 reglas de un brainstorming

► Juicio «zero». Probablemente ésta sea la regla más difícil de cumplir y, sin embargo, de ella dependerá que la sesión de brainstorming sea un éxito o un fracaso. Las personas somos críticas por naturaleza pero, para llegar a una gran idea, antes hay que “soltar” y escuchar muchas esposando a nuestro censor interno. Prohibido (sí, prohibido) juzgar la calidad de tus ideas o las de otro compañero. En la fase creativa de un brainstorming solo vale apuntar todas las propuestas que vayan surgiendo.
Frases como “no tiene sentido”, “ésa no la apuntes”, “sería imposible de hacer”, “no aporta nada nuevo”, “se va de presupuesto” o “no se va a entender” dinamitan el proceso creativo. La evaluación y toma de decisiones, para después.

► Limitar el número de participantes a un mínimo de 3 y un máximo de 10. Buscamos generar un clima relajado y de confianza en el que todos los integrantes se sientan libres de participar con sus ideas. Cuantas más personas haya, mayor será la inhibición, sobre todo para los más tímidos.

► Poner un límite de tiempo a la fase de generación de ideas. Si se queda corta, se perderán muchas posibilidades y, si dura demasiado, el cerebro se agotará y la sesión caerá en el estancamiento. Un cifra razonable serían 25 minutos. Procura que no dure menos de 15 minutos ni más de 1 hora.

► También hay que tener un baremo del número de ideas: deberán anotarse mínimo 50 y máximo de 100. Las propuestas más creativas no suelen surgir a la primera, sino después de un rato “calentando motores”. De ahí que establezcamos el mínimo en 50. Recuerda: en la fase de “lluvia de ideas” lo importante es la cantidad, no la calidad. Las mejores se elegirán en la fase de análisis y votación.

► La sesión deberá tener un moderador con mucha experiencia en brainstormings y un secretario encargado de anotar todas (absolutamente todas) las ideas que vayan surgiendo.

► El grupo de participantes deberá ser lo más heterogéneo posible. Busca reunir a personas con perfiles variados: eso garantizará la multitud de puntos de vista. Lo ideal es que los miembros de la sesión de brainstorming representen un microcosmos social en sí mismo. Si gente dispar es capaz de crear una idea que todos “compran”, hay muchas papeletas de que el público haga lo mismo.

► El buen rollo es el ingrediente clave de un brainstorming. Por eso hay que cuidarlo al máximo. Cuando nos sentimos bien y parte de un grupo aflora nuestra parte más creativa. Es fundamental que nadie tenga miedo al “qué dirán” o conecte con una sensación de incomodidad al pensar que sus ideas son peores o que aporta menos que el resto. Algo tan básico como respetar el turno de palabra y escuchar con plena atención al otro, en lugar de estar pensando en lo que vas a decir tú a continuación tiene un efecto muy poderoso.
No compitas ni trates de demostrar lo brillante que eres. Si eres generoso y tu actitud en el grupo es la de sumar y compartir, alucinarás del efecto tan positivo que eso tiene.

► Escoger un espacio agradable, amplio y cómodo. Cosas que funcionan en un brainstorming: poner picoteo y bebida (H2O o refrescos, no pienses mal… ) –mantenerse hidratado y con energía mantiene a tono el cerebro y este tipo de sesiones agotan–. Hay que fomentar que los participantes estén cerca y cara a cara los unos de los otros. Procura que la sala tenga grandes ventanales o al menos que entre luz natural. Y si hay plantas mejor que mejor.
En la medida de lo posible, es importante evitar que la sala elegida sea la de la “reunión de los lunes”. Si no queda otra, adelante, pero al menos dale otro “aire” a la disposición del espacio que rompa el ambiente de seriedad y de una sensación más lúdica.

► Es imprescindible que haya una pizarra grande o un panel sobre el que pegar los post-its de las distintas ideas.

► Pon en pausa tu pensamiento racional y enciende tu subconsciente: ¡qué afloren las ideas alocadas! Como si eso fuera fácil, ¿verdad? La única forma eficaz de hacerlo es hablar sin pensar, decir lo primero que se te ocurra (obviously, en relación a la temática del brainstorming…) sin que puedas dar tiempo a tu cerebro para valorar si lo que estás a punto de pronunciar tiene sentido, es creativo o del montón.

► La regla final de cómo hacer un brainstorming es, sin duda, la más importante de todas. Ya te lo adelantaba al principio: aunque el brainstorming sea una técnica creativa que aplicamos en el trabajo, debe realizarse siempre con la mecánica de un JUEGO. Porque eso es exactamente lo que es: un juego muy divertido en el que los participantes deben unir sus fuerzas para crear una gran idea. Y lo mejor de todo es que, si se consigue el objetivo, todos los “jugadores” ganan. Aquí las únicas perdedoras son la señorita “vergüenza” y la señora “cordura”.
Y grábate a fuego este mantra: «con humor todo sale mejor». Bromea y ríete de ti mismo, el éxito está asegurado.
Seguramente estés pensando que el brainstorming tiene más reglas que el Risk o el Carcassonne. ¿Podría hacerse sin seguir estas normas? Sí, pero entonces estaríamos hablando de un «chapuzastorming». La mayoría de la gente que practica esta técnica se salta las reglas porque ni siquiera sabe que existen. Piensan que hacer un brainstorming es simplemente lanzar ideas sobre un tema “a ver qué sale”, sin tomar notas y con muchas papeletas de acabar divagando «hasta el infinito y más allá».
Lo que no saben es que están desaprovechando las posibilidades de un recurso creativo que, si se hace bien, puede dar a una empresa grandes recompensas (tanto a nivel de prestigio como económico). Así que ahora mismo estás a un paso de entrar en el «club selecto» de los que conocemos todos los secretos del brainstorming. Solo te queda por aprender sus cuatro fases/pasos.
Las 4 fases de un brainstorming

1/ Investigación previa en solitario
Antes de convocar una sesión de brainstorming primero tiene que haber un objetivo que le de sentido y que justifique la “llamada a filas” de sus integrantes. En el mundo de la publicidad y el marketing, ese objetivo siempre debe estar definido en el «brief» o «briefing» del proyecto: el documento que detona el proceso creativo.
La fórmula perfecta sería la siguiente: una vez tenemos el brief o, en su defecto, existe una demanda concreta de “algo que crear” , el “teniente Briefing” —popularmente conocido como “moderador” de la sesión (generalmente un directivo de la empresa)—, seleccionará y comunicará a los “cadetes” que han sido elegidos para una misión especial, indicándoles el día y la hora en que tendrá lugar.
Cada uno de ellos recibirá el cometido de hacer un trabajo previo en solitario: investigar y profundizar en el objetivo del briefing para ir un paso más allá. Sea lo que sea, en la fase de investigación hay que tener muy presente quién es el destinatario o target específico de “eso” que se pretende crear en el brainstorming.
Investiga sobre las necesidades de ese cliente y piensa dónde podría estar la oportunidad, el “hueco”, para diferenciar esa marca, producto o servicio de su competencia. Cualquier hallazgo empieza más bien con preguntas que con respuestas. Por eso, en el supuesto de que la demanda fuera crear la marca de un restaurante italiano que está a punto de abrir en la ciudad podrías hacerte preguntas como estas:
→ ¿Por qué a la gente le encanta ir a los italianos? (y no vale responder que por la pizza)
→ ¿Qué personas representan el “cliente-tipo” de un restaurante italiano?
→ ¿Por qué consideramos románticos este tipos de locales?
→ ¿Cómo consigue un restaurante italiano hacernos sentir como si estuviéramos en la Toscana, en el Trastevere o en la vieja Sicilia?
Etc, etc. El listado de preguntas debería ser mucho más largo, pero estos ejemplos te dan una buena pista del camino que debes seguir y cómo tirar del “hilo”. Un último consejo para la fase de investigación: ¡conviértete en infiltrado! Retomando el ejemplo del restaurante italiano, ve un día a cenar a tu favorito con todas esas preguntas en la cabeza. Observa, reflexiona y toma plena consciencia de la experiencia. El truco de convertirse en un observador social del tipo de negocio en el que se está trabajando es infalible.
2/ Calentamiento
# Duración: 10 minutos #
Por fin ha llegado el día y el grupo elegido para conducir el brainstorming estará cara a cara, a punto de empezar su misión. Puede que para algunos sea su primera vez pero, aunque todos tengan experiencia previa, el “teniente Briefing” (alias “moderador”) deberá comenzar la sesión explicando las reglas y fases del brainstorming.
Es esencial que el objetivo esté escrito en la pizarra en un tamaño bien grande, para que en todo momento llame la atención a los miembros del grupo y los ayude a bajar a la Tierra en caso de empezar a divagar.
La fase de calentamiento será determinante de cara al éxito del brainstorming porque es entonces cuando se creará el ambiente que queremos que domine la sesión: el buen rollo y el clima de juego es vital. Clic para tuitearSi empieza con mal pie será difícil reconducirla…
El objetivo de esta fase es romper el hielo y conseguir que todo el mundo esté a gusto. ¿Y qué mejor forma de hacerlo que desde la risa? Si trabajas en una empresa pequeña lo normal es que ya haya mucha confianza entre el equipo, pero en las empresas grandes este calentamiento es hiper-necesario.
Dedica 10 minutos a realizar uno o varios juegos de entrenamiento. Ahí van unas cuantas ideas:
→ Decir en voz alta ideas absurdas que os hagan reír. Esto ayudará a perder el miedo a las malas ideas una vez comience la fase de creación.
→ «¿Qué personaje soy?». El mítico juego en el que te colocan un post-it en la frente, con el nombre de un personaje que todos ven y tú tienes que adivinar, es genial para el calentamiento de un brainstorming.
→ «Las categorías». Puede que lo conozcas con otro nombre, pero seguro que ya has jugado: alguien propone una temática (grupos de rock, personajes de El señor de los anillos, películas de ciencia ficción…) y, siguiendo el orden de las agujas del reloj, cada miembro del grupo tiene que decir una palabra que encaje dentro de esa categoría. Si tarda más de 5 segundos en responder, queda eliminado.
→ «La matriosca». Idem: quizá tú lo llames de otra forma, pero me refiero al juego en el que una idea o concepto se disecciona hasta que ya no es posible despiezarla más. Este ejercicio es perfecto para capturar la esencia de un concepto. Ejemplo con la palabra «pintalabios»: rojo, Marilyn Monroe, sensualidad, beso, boca, Vogue, etc. Si quieres ir entrando en materia, puedes aplicar este juego al producto o servicio al que está dedicado el brainstorming.
Después de estos diez primeros minutos de juego y risas, se habrá encendido la “mecha creativa” y el grupo estará listo para empezar a generar ideas que puedan funcionar.
3/ Generación de ideas
# Duración: 15-60 minutos #
Hay diferentes formas de llevar a cabo la fase de «tormenta de ideas» per sé. Mi favorito es el método clásico. Al igual que en los debates electorales, en este sistema, cada miembro del grupo tiene que pedir el turno de palabra levantando la mano y será el moderador quien le de paso. Por su parte, el secretario de la sesión irá apuntando en post-its todas las ideas que vayan surgiendo.
Es importante no perder el foco y, por eso, la figura del moderador es clave. En caso de que las ideas empiecen a navegar a la deriva, será él quien tenga que reconducir la sesión. De ahí que, necesariamente, deba que ser una persona con mucha experiencia participando en brainstormings: solo una delgada línea separa las ideas surrealistas (en el mejor sentido de la palabra) de las ideas sin rumbo.
Otro error común es que varias personas se queden “enganchadas” a las primeras ideas porque las consideren las mejores. Eso impedirá avanzar al grupo y tener una actitud abierta hacia las nuevas propuestas.
No hay que descartar la posibilidad de que se produzca un bloqueo. Estancarse o llegar a un punto muerto es algo que está a la orden del día en el mundo de la creatividad. Así que, qué no cunda el pánico. Una forma sencilla de recuperar la inspiración es dejar en pausa el brainstorming por unos minutos y cambiar de actividad (siempre y cuando potencie la imaginación).
Mi recurso salvavidas ante el bloqueo son los Story Cubes. ¿No conoces este juego de dados? Pues siéntete privilegiado porque no puede ser más divertido, sencillo y útil para estimular las ideas. Si quieres saber más, no te pierdas este post en el que te hablo de 5 ejercicios infalibles para potenciar la creatividad.
La magia de la fase de creación es la retroalimentación de ideas. Las aportaciones de un compañero sirven de estímulo al resto porque nos “encienden la bombilla”. La idea de otro puede dar pie a que se te ocurra algo genial. ¿Ves como la única actitud posible en un brainstorming es la de sumar y compartir? ¡Qué importa quien lo dijo primero! Quizá alguien encontró el eureka, pero la idea final con la que concluya la sesión estará pintada y barnizada por todos.
Un último consejo para esta fase: si, pese a haber explicado las reglas, hay algún «dementor» en la sala que diga alguna de las frases prohibidas (“esa idea no funciona” o algo similar) el moderador deberá convocar el «encantamiento Patronus» con urgencia. En caso de que no haya estudiado en Hogwarts, bastará con que aplique una regla extra en el juego: «Todo aquel que juzgue o descalifique una idea en la fase de creación, deberá hacer voto de silencio durante 5 minutos».
Incluso cosas que generan mal rollo como ésta pueden canalizarse en clave de juego. En lugar de tener un rifirrafe con el «dementor», es mucho mejor ponerle el veto comentado. A todos nos fastidia perder el turno en un juego de mesa. Con esta regla, seguro que tanto esa persona como el resto del grupo aprenderán la lección solo que, en lugar de vivir una situación incómoda, resultará cómico que alguien tenga colgado el cartel de «Estoy en voto de silencio».
4/ Análisis y votación
# Duración: variable (mínimo 60 minutos) #
Ahora sí, es el momento de tomar una actitud crítica y racional. El objetivo de esta fase es mejorar y cribar las ideas que hemos apuntado para quedarnos con la crème de la crème y, por último, hacer una votación para elegir una por mayoría.
► ¿Cómo analizar y pulir las ideas para seleccionar las mejores?
- Colocar todos los post-its en la pizarra. En la parte superior deberá estar escrito bien grande el objetivo que se pretendía alcanzar con la sesión.
- Leer las ideas y detectar si existen patrones comunes.
- Organizarlas por categorías afines. Colocar los post-its que pertenecen al mismo bloque en columnas. De esta forma, se podrá identificar a simple vista el número de ideas que tiene cada categoría.
- Dejar sueltas las «ideas outsider», ésas que no encajan en ningún bloque en concreto.
- Poner un nombre representativo a cada categoría.
- Enfocarse en mejorar o cribar las ideas de una sola categoría y empezar con la siguiente solo cuando hayas completado la tarea.
- Bisturí y «Lluvia de estrellas«. Aquellas ideas que, al releerlas, no gustan: ¡fuera! Cada vez irán quedando menos… Céntrate en mejorar las «supervivientes»: ¿es posible fusionar alguna? ¿y si pruebas a “deformar” ésa propuesta que parece más sosa dándole un giro o llevándola al extremo? ¡Experimenta! Hay un montón de posibilidades.
- Repite el mismo proceso con el resto de categorías.
- ¡Solo pueden quedar las mejores! No existe una cifra mágica. Dependerá de cada caso, pero es importante que no sean más de 10 ideas de cara a simplificar el proceso de votación.
- Last but not least, el moderador deberá leer en voz alta todas las ideas que han sobrevivido al Apocalipsis para que cada participante vaya teniendo clara su favorita. ¡Es el turno de la votación!
Una idea mejorada puede convertirse en «la IDEA» y muchas veces del «mix» entre varias propuestas acaba saliendo algo grande.
► ¿Cómo hacer la votación de ideas?
Si has hecho bien todo lo anterior, la votación debería ser lo más fácil del brainstorming.
Hay tres formas de hacerla:
→ La clásica: el moderador lee la idea y los que quieran votar por ella deberán levantar la mano. Y así sucesivamente con el resto de propuestas. Qué misterio, ¿verdad? Apuesto a que nunca lo has hecho…
→ La secreta: cada persona escribirá en un post-it su voto y lo meterá después en cualquier recipiente de la sala que sirva de urna. Esta opción es mi favorita ya que garantiza que todos los participantes votarán la idea que de verdad les gusta, sin sentirse condicionados por la opinión de otros.
Todos sabemos que en los grupos siempre suele haber un líder natural, esa persona que, a veces queriendo y otras sin pretenderlo, es capaz de ejercer una gran influencia en los demás con sus ideas. Incluso aunque no hubiera un líder claro en la sesión, si la votación se va haciendo en voz alta se irán detectando una o varias «ideas ganadoras». Seguro que alguna persona del grupo cambiará su voto en el último momento al pensar que “si los demás coinciden, será por algo…”
Hay que pensar siempre libremente y evitar seguir al rebaño, por eso el voto secreto es la opción perfecta para asegurarnos de que la idea elegida habrá sido una verdadera elección.
→ El consenso: esta opción, pese a ser la más democrática, no te la recomiendo. Es cierto que si el grupo consigue ponerse de acuerdo en una misma idea será porque ésta se ha pulido al máximo y realmente funciona muy bien, pero el proceso podría alargarse mucho… Sinceramente, las papeletas de entrar en bucle y terminar la jornada de trabajo sin haber cerrado “el tema…” son grandes.
¿Y en caso de empate? Pues fácil: si optasteis por la votación clásica, haréis el desempate entre las dos ideas con el mismo sistema de levantar la mano. Y si apostasteis por la votación secreta, exactamente lo mismo: cada persona escribirá en un post-it su idea elegida y el moderador hará después el recuento de votos. C’est fini.
Conclusión
En el título de este post te prometía una «super guía» sobre cómo hacer un brainstorming, así que espero que el contenido haya cumplido tus expectativas y estés deseando poner en práctica toda esta metodología en la próxima sesión de «lluvia de ideas» en la que participes. O quién sabe, quizá ahora que pilotas del tema seas tú quién la convoque…
Sea como sea, espero haberte convencido de que hacer un brainstorming tiene mucho más misterio de lo que parece. El concepto se ha ido convirtiendo en vox populi y parece que todo el mundo lo conoce a la perfección. Pero nada más lejos de la realidad. El éxito de esta técnica creativa radica en el equilibrio entre idear con absoluta libertad y respetar unas reglas pensadas para que el proceso llegue a buen puerto.
Quédate con estos 5 «musts»: 1/ El brainstorming debe realizarse con la mecánica de un juego. 2/ Convoca a un grupo de personas con perfiles lo más variados posibles y evita que sean más de diez. 3/ Crea un ambiente de confianza y buen rollo. 4/ Prohibido juzgar las ideas propias y ajenas. 5/ ¡Fuera la vergüenza y arriba el subconsciente!
Lo tienes todo para poder crear una gran idea. ¡Mucha suerte y a disfrutar de la magia del brainstorming!
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